"Puesta de bandera" en Montencina

 

El pasado Viernes 17 de Enero tuvo lugar la “colocación de la bandera” de la promoción Montencina en Tres Cantos) como consecuencia de haber finalizado la estructura. La «colocación de la bandera» es un acto tradicional en la construcción en España.

Bandera Encina FB

Al acabar la estructura y «cerrar aguas» (lo que quiere decir que ya se está bajo techo) se coloca una bandera (normalmente la española o la de la comunidad autónoma) en el punto más alto de la misma, y se celebra una comida. Entonces la bandera ondea en el punto más alto de la estructura.

La tradición es tan antigua que nadie sabe a ciencia cierta por qué se hace la puesta de bandera. Hay leyendas urbanas que hablan de celebrar que no ha habido ninguna desgracia (accidente laboral) durante la fase de ejecución de la estructura… Pero a nosotros, nos gusta más otra leyenda que le contamos a continuación:

Se dice que en la Edad Media, cuando los andamiajes y cimbras para las construcciones eran de tablas de madera, fijadas entre sí con cuerdas o clavos, y sujetos a algo sólido por anclajes de hierro y más cuerdas, se colocaba en lo más alto de los mismos un trapo que, movido por el viento, indicaba la fuerza y dirección de éste. Cabe decir que hoy los andamios son más sólidos, pero su peor enemigo sigue siendo el viento, que es el mayor factor de riesgo para quienes trabajan encaramados a ellos.

Con la indicación del trapo ondeando al viento, los capataces determinaban la seguridad del andamiaje; que debía crecer a medida que la estructura iba subiendo en altura; y establecían la necesidad de incrementar o no las fijaciones del mismo.

Una vez acabada la estructura del último techo, ya fuese una bóveda o un forjado plano, el andamio no tendría que crecer más. Era entonces cuando el peón más joven de la obra subía a lo más alto del andamio y sustituía el paño que les había acompañado hasta entonces, por una bandera. El paño se lo llevaba a su casa como recuerdo de su primera obra (si se había estrenado profesionalmente en ella) y la bandera no se retiraba ya hasta la finalización completa.

Además, como ya se había conseguido crear un espacio bajo techo o cerrar aguas, se aprovechaba para hacer una comida en la propia obra en la que participaban todos los peones, oficiales y capataces, compartiendo la misma mesa con los maestros de obra, aparejadores y arquitectos.

No sólo es una bella tradición. Es el momento en que ya se empieza a distinguir el volumen claro de lo que será el edificio. Un momento de sueños que empiezan a hacerse realidad.

Esperamos que esta curiosa leyenda le acerque más a nuestro sector.

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